Tras la
lectura, el predicador de la
Casa Pontificia , el franciscano capuchino Raniero
Cantalamessa, pronunció una incisiva homilía en la que aseguró que “el ‘dios
dinero’ se encarga de castigarse a sí mismo y a sus propios adoradores”.
En este
sentido, criticó a aquellas personas que se han aprovechado de ocupar cargos de
responsabilidad para amasar sus propias fortunas.
“Hombres
colocados en puestos de responsabilidad que no sabían en qué banco o paraíso
fiscal amasar los beneficios de su corrupción se han visto de pronto sentados
en el banquillo de los acusados o en prisión. ¿Por qué lo han hecho? ¿Valía la
pena? ¿Han beneficiado a sus familias?”, preguntó Cantalamessa desde el
púlpito.
Además, el
capuchino subrayó que el verdadero anticristo es el dinero, “el dios visible”.
“Lo dice
claramente Jesús. Nadie puede servir a dos patrones. No podéis servir a Dios y
a Mammón (término bíblico para representar la avaricia material). Detrás de
cada mal de nuestra sociedad está el dinero”, concluyó Cantalamessa.
El papa
Francisco escuchó la homilía sentado con rostro severo bajo la escultura de San
Pedro.
Esta ceremonia
del Viernes Santo, que es la única de todo el año en la que no se celebra misa,
precede al viacrucis, que tendrá lugar esta noche en el Coliseo romano.

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