Tradiciones para la historia
Cambios sencillos pero de calado, como el rezo público del
Ángelus los domingos. El Papa bueno instauró esta tradición de rezar desde la
ventana del Palacio Apostólico y dedicar una pequeña catequesis a los
peregrinos.
Cerca de las personas
Siempre intentó estar cerca de la gente, como Papa y como
obispo. Fue el primer pontífice que salió de las murallas vaticanas y visitó
las parroquias de Roma. También fue a hospitales y cárceles. Incluso en
ocasiones esquivaba a la
Gendarmeria vaticana para salir solo o con uno de sus
secretarios.
Un nombre único
Juan XXIII tuvo el coraje de tomar el nombre de un usurpador
y transformarlo. Hubo un antipapa en el siglo XV que se llamó Juan XXIII. El
cardenal Roncalli no tuvo miedo de usar el nombre que había manipulado un
impostor y que se evitó durante 500 años.
Buscó la paz
Fue testigo de dos guerras mundiales. Como resultado, dos
regímenes políticos opuestos dividieron al mundo. Juan XXIII se dio cuenta de
que era necesario tender puentes e intercambió cartas con mandatarios como
Kruschew, el líder de la
Unión Soviética.
Mensajes para todos los hombres
Dirigió por primera vez una encíclica a "todos los
hombres de buena voluntad” no sólo a los católicos. Fue "Pacem in terris”,
un vivo alegato contra la guerra en el que reivindicaba que el conflicto armado
no podía ser usado como un instrumento para buscar justicia.
A los pocos meses de ser designado Papa, Juan XXIII convocó
un consistorio para la creación de nuevos cardenales y más de la mitad eran no
italianos. Rejuveneció la Curia
y también creó por primera vez cardenales a un japonés, un africano, un
filipino y un venezolano.
Concilio Vaticano II
Sin duda, la mayor revolución de Juan XXIII fue el Concilio
Vaticano II. Una reunión de todos los obispos del mundo para estudiar la
situación de la Iglesia.
Un Papa anciano, considerado de transición, fue capaz de
llevar a cabo uno de los cambios más profundos en la Iglesia de nuestro tiempo.
Ecumenismo
Precisamente al Concilio Vaticano II invitó, como
observadores, a musulmanes, indios americanos y a miembros de todas las
Iglesias cristianas. Trabajó por el diálogo entre los cristianos de todas las
confesiones. Puso en marcha el primer organismo vaticano destinado a promover la
unidad de los cristianos.
Como sucedió con Juan Pablo II, miles de personas rindieron
su último homenaje a Juan XXIII cuando falleció. Y al igual que con el Papa
Wojtyla también con el Papa Roncalli se entonó el "santo súbito”. Ambos
serán elevados juntos a los altares y quedará escrito un capítulo más en la
historia común de estos dos Papas pues fue Juan Pablo II quien beatificó a Juan
XXIII en el año 2000.


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