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Nuestra Señora del Carmen

Padre Angelo Ferraro

miércoles, 13 de noviembre de 2013

N.B. Publicamos una confesión publica muy bonita di Andrés Piña que envió por Facebook. Deseo hacer mis votos: que disfrutes inalterablemente de la salud del cuerpo, de la paz de la mente y de la paz y alegría del corazón y del alma. Proceso dinámico de llegar "a ser lo que es" en palabras del filósofo griego Píndaro.
Buenos los comentarios! Padre Ángelo Ferraro


ES VERDAD, EL RENCOR TE CONDUCE A TU PROPIA DESTRUCCIÓN, EL PERDONAR TRAE SERENIDAD PARA EL ALMA. 
Saludo nuevamente a todos mis amigos, familiares, conocidos y no conocidos.
Bien, ustedes dirán que mi vida es una tragedia y llena de las experiencias y críticas hacia los demás. Si, puede imaginarse así, sin embargo no es verdad. En esta oportunidad quiero hablarles de algo maravilloso que he estado viviendo en estos días, digamos unos meses:
Los caminos de Dios son misteriosos, pero he comprendido que no hay que tenerle miedo a ese misterio. Es un misterio divino, que no proviene del hombre sino del Padre Celestial. Les digo que desde hace mucho tiempo he tenido mucho rencor hacia muchas personas de mi pasado, por cosas de repente muy estúpidas; o bien otras un poco mayores. Mas bien digo que ese sentimiento lo he llevado por casi cuatro años o no sé si por mas tiempo; además me había alejado de personas que no tenían la culpa de mis problemas solamente. Esto me ocurrió porque siempre escuchaba a otras personas, pero no hacía caso a mi corazón, y aunque suena muy curioso ello, la verdadera realidad es que siempre debemos escuchar a nuestro corazón.

Ahora bien, comprendí definitivamente que nuestra condición humana en muchas ocasiones no nos deja ver mas allá del horizonte y pensamos que con nuestra rebeldía podemos ganar mas de lo que hemos perdido, mas no es así. En fin, además ¿Cómo era capaz de llamarme cristiano llevando rencor dentro de mi? y les digo que por ello no había comulgado mas, hasta hace poco. Hay personas que dicen: yo me confieso delante de un Cristo o en presencia de Dios. Si lo podemos hacer ya que la misericordia de Dios es tan grande que sé que no existe un número o sistema de medición para comparar tan gran amor. Pero si bien es cierto Jesús instituye el sacramento de la confesión, yo también pesaba que solo rezarle a una imagen de Cristo en la Cruz era suficiente o pensar solamente que Dios que me perdona bastaba. Sin embargo les digo que repetía una y otra vez lo mismo, pero siempre existía un vacío en mi. Así, les digo hermanos y hermanas que de verdad siempre llevé ese vacío, un vacío que pensé que nada lo podía llenar. 
Además quiero aclarar algo antes de seguir. Yo soy católico, pero no adoro imágenes, y sin ofender a nadie que profese otra creencia religiosa, esas imágenes me recuerdan cada día que existe un hombre que derramó su sangre en el Calvario por mí.
Siguiendo con mi escrito queridas y queridos amigos, tomé valor y decidí que tenía que acabar con esta sombra que me consumía el alma, y de verdad tuve mucho miedo de acercarme al confesionario, me sentía igual que en mi primera confesión... y no sé porque. Me dije: ¿Andrés por qué le temes a Dios?¿Por qué le temes al Padre que tanto te dado en esta vida?... Vamos. En ese momento sentí una fuerza que me hizo levantarme de mi asiento y caminar hasta el confesionario. 
Luego de mi confesión, y reconozco que tenía mucho tiempo sin hacerlo, sentí algo muy hermoso dentro de mi ser, que no sé como describirlo... Es sentir consuelo, sentir serenidad, paz dentro ti. Algo verdaderamente hermoso. Siempre supe que Dios estaba conmigo y más aún comprendo que siempre, siempre, siempre no dejó que mi pié tropezara. Es así como después de muchos años vuelvo a reconciliarme con mi Padre, y volví a participar de la fracción del pan, a participar del gran banquete celestial.
Así, aprovecho el momento para pedir perdón a todas las personas que en algún momento les fallé... a Mi mamá, a Roberto, a mis hermanos, Victor, a mis amigos Carolina, Julio y Anais; a los niños y niñas del Coro y hermanos de Iglesia, compañeros de trabajo y estudiantes, amigos de la universidad y a mis maestros. Y de corazón, verdaderamente de corazón también perdono a todos los que por alguna razón me odian o no me aceptan.
Todo esto lo escribo no para que digan que Andrés esto y lo otro, o ya es un santo; o para hacer que me tengan lástima; o bien para que me publiquen un comentario feo o bonito... jejeje... No, no, no... Todo lo contrario lo escribo para dar testimonio que no ha cosa mas grande en este mundo que vivir en la presencia de Dios, estar bien con todo y todas las cosas. Lo mas importante es que es vacío dejó de existir hasta el momento que nuevamente recibí a Jesús en el sacramento de la Eucaristía. Ahora siento verdaderamente gozo en el alma. Así que hermanos y hermanas en Cristo Jesús acérquense a la confesión no tengan miedo; el sacerdote es solo un canal, son instrumentos de Dios sin importar lo que sean o hagan, también son humanos, hombres como tu y como yo. No se aparten de la Eucaristía, no no no lo hagan. Él te espera y no se cansará de esperarte... Por eso les habló a todos desde mi experiencia:

EN VERDAD, EL RENCOR TE CONDUCE A TU PROPIA DESTRUCCIÓN, EL PERDONAR TRAE SERENIDAD PARA EL ALMA. NO ABANDONES EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA.

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