Debemos convencernos de que «la vida cristiana no es una
terapia terminal». Es la advertencia que pronunció el Papa Francisco en la
homilía durante la Misa
matutina en la Capilla
de la Casa Santa
Marta. «Pidamos al Señor –exhortó Bergoglio– que exista esta premura para
anunciar a Jesús. También de que nos convenza un poco de que la vida cristiana
no es una terapia terminal: estar en paz hasta el cielo... no –dijo Francisco–,
la vida cristiana es en la calle, en la vida. El amor de Cristo nos posee y nos
impulsa, nos empuja con esta emoción que se siente cuando uno se ve amado por
Dios».
En la homilía, el Pontífice también explicó que «la
verdadera reconciliación es que Dios, en Cristo, tomó nuestros pecados y Él se
hizo pecado por nosotros. Y cuando nosotros vamos a confesarnos, por ejemplo,
no es que decimos el pecado y Dios nos perdona. No es así. Nosotros encontramos
a Jesucristo y le decimos: “esto es tuyo, y yo te hago pecado otra vez”. Y a él
le gusta esto, porque es su misión: hacerse pecado por nosotros, para
liberarnos».

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.